El primer ministro japonés, Fumio Kishida, aseguró este jueves que su país buscará “colaborar aún más estrechamente” con la comunidad internacional para mantener la estabilidad en la región, tras el nuevo lanzamiento de un misil balístico por parte del régimen de Corea del Norte.
“No estoy en posición de señalar cuáles son las intenciones de Corea del Norte, pero creo que mantener la paz y la estabilidad en la región es una cuestión muy importante y que debemos colaborar aún más estrechamente con nuestros aliados y países afines”, dijo Kishida en declaraciones recogidas por la cadena pública NHK.
El mandatario japonés hizo estos comentarios a su llegada a la oficina del primer ministro nipón, el Kantei, poco después de detectarse el lanzamiento de un misil que los primeros análisis tanto de Japón como de Corea del Sur señalan que fue un proyectil balístico intercontinental (ICBM), disparado por el dictador norcoreano Kim Jong-un.
Pyongyang lanzó este jueves un misil de largo alcance en torno a las 7:10 hora local de Tokio y Seúl desde la zona de Sunan, en el área capitalina norcoreana, según detalles publicitados por el Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS).
El Ministerio de Defensa de Japón, cuyas autoridades también detectaron el test, indicó que el proyectil voló unos 69 minutos y cayó en aguas del mar de Japón hacia las 8:18, hora local, a unos 250 kilómetros al oeste de la isla de Oshima, frente a la costa suroccidental de Hokkaido (norte) y fuera de sus aguas territoriales y de exclusión económica.
El titular japonés de Defensa, Yasukazu Hamada, señaló que Japón está en coordinación con Corea del Sur y Estados Unidos para recopilar y analizar la información sobre el lanzamiento de este jueves, que no ha causado incidentes con ninguna embarcación.
El ensayo norcoreano, el octavo del año, llega también en mitad de las maniobras militares Freedom Shield de Seúl y Washington, que Pyongyang considera un ensayo para invadir su territorio y a los que ha prometido dar una respuesta “sin precedentes”.
El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, llegó este jueves a Japón para una visita centrada en una cumbre con su homólogo nipón, Fumio Kishida, en un momento de acercamiento bilateral.
Yoon llegó alrededor de las 11:30 hora local al aeropuerto internacional de Haneda, en Tokio, junto a su esposa y primera dama, Kim Keon-hee, en un avión privado.
Es la primera visita en 12 años que un presidente surcoreano hace a Japón para celebrar una cumbre bilateral, en un momento en el que ambos vecinos están intentando mejorar relaciones.
La visita de dos días de Yoon tiene lugar menos de dos semanas después de que Seúl anunciara un plan para resolver la larga disputa de los dos países en torno a la indemnización de los coreanos obligados a desempeñar trabajos forzados para empresas japonesas durante el dominio colonial nipón de Corea entre 1910 y 1945.
Según el plan, una fundación pública afiliada el Ministerio del Interior surcoreano compensará a los afectados con donativos de empresas nacionales que se beneficiaron de donaciones que Japón realizó con base en un acuerdo bilateral de compensación firmado en 1965.
El plan, aplaudido por Tokio, ha generado protestas entre las víctimas y el rechazo de muchos surcoreanos por la ausencia de participación de conglomerados japoneses.
Yoon ha manifestado su deseo de avanzar en la mejora de las relaciones con Japón, que considera esencial para restaurar los intercambios económicos bilaterales y para responder y contrarrestar de forma efectiva el desarrollo armamentístico de Corea del Norte.
La llegada al poder del conservador Yoon en mayo de 2022 y los avances armamentísticos de Pyongyang , que horas antes de su salida hacia Tokio hizo su octavo test de misiles de este año, están sirviendo para impulsar la cooperación, especialmente en el terreno militar, tras un lapso en el que las relaciones entre Seúl y Tokio atravesaron su peor momento en años.
(Con información de EFE)