A más de un año de la ofensiva lanzada en Ucrania y acorralado por las sanciones de Occidente y el creciente descontento de la sociedad rusa, el líder del Kremlin ha avanzado con una nueva ley para fortalecer su ejército.
Vladimir Putin promulgó este viernes una ley que agiliza el proceso de envío de citaciones a los hombres en edad militar para que sirvan en el frente de batalla contra las tropas ucranianas y persigue con más fuerza a quienes se nieguen a combatir.
El proyecto ya había sido debatido y aprobado esta semana en ambas cámaras del Parlamento -la Duma y el Senado– y autoriza que la movilización de hombres sea ordenada y publicada en un portal de servicios públicos en línea en lugar de ser personal, como suele hacerse.
Para ello, se prevé la creación de un registro electrónico único de hombres en edad militar para que ninguno pueda argumentar no tener constancia de haber recibido la comunicación oficial.
Desde el momento en que la notificación es enviada, los convocados cuentan con un lapso de 20 días para presentarse en el centro de alistamiento más cercano y, de no hacerlo, se activarán las nuevas restricciones como la prohibición de salir del país, abrir un negocio, tramitar una licencia de conducir, comprar inmuebles y hasta solicitar un crédito bancario.
Al igual que en oportunidades anteriores en las que el Kremlin ha anunciado nuevas medidas para aumentar el reclutamiento para sus filas, gran parte de los hombres rusos se han opuesto a ello y han intentado evitarlo de múltiples maneras.
En los últimos días, muchos ciudadanos se han dado de baja del sitio web administrativo donde se publicarán las citaciones, algo que desde el Gobierno han explicado que no los eximirá de tener que presentarse ante los comisarios militares. Por otro lado, también se ha registrado un alza en los trámites para cambiar la titularidad de activos como inmuebles y automóviles, a nombre de familiares.
La nueva ley llega en un delicado momento para Putin dado que lleva semanas intentando sin éxito tomar la ciudad de Bakhmut y tras conocerse que las bajas en su ejército son considerablemente mayores a las informadas.
No es una novedad que el Kremlin distorsiona las cifras y las cambia en su favor. A diferencia de las 5.937 muertes en combate que el Ministerio de Defensa ruso había anunciado el pasado 21 de septiembre, medios locales independientes como Mediazona y la rama rusa de la BBC habían estimado una cifra aproximada de 19.688 rusos.
En este contexto, Rusia se ha visto obligada a recurrir nuevamente a la convocatoria de sus ciudadanos, aunque con más precaución que en septiembre de 2022 cuando anunció la movilización parcial de 300.000 reservistas y derivó en un éxodo masivo.
Fuentes legislativas han defendido el proyecto asegurando que corrige los errores cometidos entonces, en lo que fue la primera convocatoria del Kremlin desde la invasión nazi a la Unión Soviética en 1941.
“Bajo nuestro punto de vista, estas enmiendas contribuirán a la justicia social. Y es que el servicio en las Fuerzas Armadas no sólo es un deber sagrado sino una honrosa obligación constitucional”, explicó el diputado y co autor de la ley, Andréi Kartapólov.
La medida debe entenderse, asimismo, en línea con los planes anunciados tiempo atrás de incrementar el número de efectivos en el ejército hasta 1.5 millones, además del cambio de edad para el servicio militar obligatorio, que pasó de los 18 a los 27 años a los 21 a 30.