Lützerath, un municipio en el occidente de Alemania es demolido para ampliar una mina de carbón. Y ante este panorama, decenas de manifestantes, incluida la reconocida activista climática Greta Thunberg, se congregaron en el lugar para elevar su voz de protesta.
Sin embargo, Thunberg fue sacada de la zona a la fuerza por la policía alemana junto a otros activistas. El yacimiento se encuentra a unos 9 km de Lützerath. La activista sueca se había sentado junto a otros manifestantes cerca del borde de la mina.
Las autoridades señalaron que la detención se produjo debido a que el grupo se aproximó “demasiado” al yacimiento y agregaron que serían liberados pronto.
No hay motivo para retenerlos durante días. Puede llevar horas o se irán de inmediato (…) Greta Thunberg era parte de un grupo de activistas que corrieron hacia la cornisa. Sin embargo, luego fue detenida y llevada por nosotros con este grupo fuera del área de peligro inmediato para establecer su identidad.
señaló un portavoz de la Policía de Aquisgrán.
Thunberg fue cargada por tres uniformados en el momento en que fue retirada del lugar.
Las protestas han aumentado en los últimos días, luego de que las autoridades confirmaran la demolición del pueblo.
El pasado fin de semana, la Policía antidisturbios, respaldada por excavadoras, sacó a los activistas de los edificios de la zona, por lo que solo quedaron unos pocos en los árboles y en un túnel subterráneo. No obstante, algunos manifestantes, incluida Thunberg, permanecieron allí organizando la manifestación de este martes.
Miembros del Gobierno del canciller Olaf Scholz condenaron los actos de resistencia, que según el Ministerio del Interior incluyeron acciones violentas y obstaculizaron la labor de equipos sanitarios.
Pero desde los movimientos medioambientales que han convocado las protestas indican que la policía actuó con una fuerza desproporcionada, incluidos golpes con porras contra los activistas.
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Una “traición a las generaciones presentes y futuras”
El desalojo de la aldea, perteneciente al estado occidental de Renania del Norte-Westfalia, fue acordada entre la empresa alemana del sector energético RWE y el Gobierno, en un pacto que permitió al gigante de la energía demoler Lützerath a cambio de su salida más rápida del carbón y salvar cinco aldeas originalmente programadas para la destrucción.
En el municipio alemán, la activista climática sueca se dirigió el pasado sábado a alrededor de 6.000 manifestantes ante quienes aseguró que la expansión de la mina es una “traición a las generaciones presentes y futuras”.
La televisión pública reportó que Lützerath quedó acordonado, luego de que decenas de casas, granjas y construcciones de madera fueran demolidas, en medio del fuerte despliegue policial y pese a la resistencia de los manifestantes.
El operativo se había dado por terminado el lunes 16 de enero luego de que los dos últimos activistas que se habían atrincherado en un túnel salieran del lugar.
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Sin embargo, este martes se registraron nuevas acciones de grupos de manifestantes cerca de la mina y en otras partes de la región, entre ellas Düsseldorf, capital del estado.
Pese a las acciones policiales, quienes alertan sobre el cambio climático se resisten a detener las protestas. Los activistas aseguran que Alemania no debería extraer más lignito, un tipo de carbón explorado en el municipio afectado, y en cambio el Gobierno debería centrar sus esfuerzos en expandir las energías renovables.